17 diciembre 2008

Te deseo

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero

frente a ti y digas: "Esto es mío".
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,

no tengo más nada que desearte.

Hay quien la atribuye a Víctor Hugo, y quién, a Ségio Jockymann

03 diciembre 2008

Cosas del amor

Y pensar que este poema es del siglo XVII...

AL QUE INGRATO ME DEJA, BUSCO AMANTE..

Al que ingrato me deja, busco amante;
al que amante me sigue, dejo ingrata;
constante adoro a quien mi amor maltrata;
maltrato a quien mi amor busca constante.

Al que trato de amor, hallo diamante,
y soy diamante al que de amor me trata;
triunfante quiero ver al que me mata,
y mato al que me quiere ver triunfante.

Si a éste pago, padece mi deseo;
si ruego a aquél, mi pundonor enojo:
de entrambos modos infeliz me veo.

Pero yo, por mejor partido, escojo
de quien no quiero, ser violento empleo,
que, de quien no me quiere, vil despojo.


Sor Juana Inés de la Cruz

01 diciembre 2008

Cuentos, preguntas, amigos

El sábado por la mañana se celebró en Peñaranda un encuentro de lectores. Casi un centenar de personas pertenecientes a clubes de lectura de Extremadura se acercaron para conocer a los clubes de lectura de Peñaranda y otros de la Comarca. Un total de doscientas personas, vinieron a reunirse con dos autores: Gustavo Martín Garzo y Luis Mateo Díez, para charlar de literatura, de la vida, de la infancia... Todo un lujo de emociones que terminó con regalos, sorpresas y por supuesto una suculenta comida.

Y me quedo con una frase que decía Chesterton: "No hay nada más realista que los cuentos".

Con esa frase en mi cabeza me fui a Aranjuez para bucear por ese mundo de misterio, mentiras verosímiles y verdades a medias con José Campanari y los compañeros de 100% de cuento. En el laboratorio se experimenta para saber elegir. Probar sin pensar; contar, comer, decidir. ¿Carne o pescado?¿Fruta o yogur?¿Té o café? ¿Salgo o me quedo?¿Me levanto o sigo durmiendo? ¿Cogió el coche o fue andando?¿Comió la manzana o la tiró a la basura?...

Registrar en el cuerpo las sensaciones, pasar por el cuerpo la vida para poder contarla. Vivir es contar, y no podemos escapar de ello como tampoco podemos hacerlo de la literatura.

De vuelta, paisaje en blanco, ducha caliente y jersey azul. En la cabeza, el análisis sintáctico y moforlógico, y dictados de media hora. Voy a echar de menos el "lomonaco" de mi prima y sus historias de maestra.