31 octubre 2011

Noches inolvidables

Hay veces que por más que pongamos parches a la memoria, ésta juega con nosotros trayendo recuerdos que quizás queremos olvidar o de esos otros que nos encanta que nos regale. De esos recuerdos quedan grabadas a fuego tanto la fecha y hora de lo sucedido como las emociones que nos produjo, ya fueran agradables o desagradables.

El caso es que el pasado viernes, 28 de octubre, fue uno de esos días, de esas noches inolvidables que agradeceré a mi memoria que me la devuelva cuantas veces quiera.

Eran las 20.30 horas de la noche. El Centro de Psicoterapia, Yoga y Salud Chelo Díaz empezó a llenarse de gente. Fueron entrando a la sala descalzos y sonrientes con un chupito de licor café en una mano y una pasta en la otra.

Todo estaba preparado gracias a la labor de la propietaria del Centro, Chelo y su ayudante, Rosa que cuidaron hasta el mínimo detalle para que ocurriera lo que allí ocurrió durante una hora y cuarto aproximadamente: una contada sentida y emocionante que arrancó sonrisas cómplices, risillas nerviosas, carcajadas, miradas reflexivas, algo de inquietud y pequeñas dosis de nostalgia. Eso es lo que ví en los ojos de la gente o lo que mi cuerpo sentía mientras contaba.

Y al final, aplausos, proposiciones indecentes y margaritas amarillas (mis preferidas).

Aquí os dejo un pequeño resumen que hicieron en el Centro para que comprobéis lo mal que canto.

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